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VETIVER, MIRADA AL PAISAJE

VETIVER, MIRADA AL PAISAJE

Por Luis Machado Ordetx

Persiste una asociación metafórica, lingüística o de farmacopea popular, algo paradójica, en legados de los ancestros que cultivaron plantas medicinales en pequeños jardines aledaños a las casas de campo; esos criterios, unos propagados por generaciones sucesivas de los descendientes, quedaron arraigados; otros desaparecieron con el tiempo.

De las especies de la floresta casera, algunas empleadas en tizanas, jarabes, lociones y melitos, hubo una singular: el vetiver; sin embargo, jamás logré identificar qué relación guarda un estribillo contagioso de la canción-pregón «El Yerberito Moderno» —letra e interpretación de Celia Cruz, según las fonotecas radiales—, en el cual especifica: «para el que no ve; y con esta yerba se casa usted».

Hay un quebradero de cabeza tras la revisión de bibliografías relacionadas con ese tema; el sabio Juan Tomás Roig en sus tratados sobre Plantas medicinales, aromáticas o venenosas de Cuba,   no la recoge con esa peculiaridad, y destaca que de las raíces se extrae un aceite esencial muy apreciado en la elaboración de fijadores de perfumes y lociones volátiles; tal vez esa constituya la analogía a la que hace referencia la canción-pregón.

No obstante, de las raíces, verdes aún y extraídas después de marzo        —pasada la floración y antes de la primavera—, suelen colocarse en armarios y estantes para ahuyentar insectos, dada la particularidad de antipolilla y el olor aromático y persistente.

 El principal producto, el aceite esencial, es un líquido viscoso, de color oscuro, amarillo-amarronado, con olor particular, intenso y persistente, y sus componentes son vetivene, vetiverol, vetiverona, vetiveno, ácido vetivérico, ácido benzoico y ácido palmítico.

La Vetiveria zizanoides (L.) Nash, el nombre científico del vetiver, pertenece a la familia botánica Poaceae (Graminae), y constituye una gramínea de raíces aromáticas, natural de Asia tropical extendida a regiones similares o subtropicales de todo el mundo.

En Cuba abunda en patios y jardines, y se reporta en zonas tabacaleras de Pinar del Río, pero ahora la observo perenne follaje de hasta  2 metros de altura, con flores en panículas, sembrada en la serranía villaclareña, y pensé que la cultivaban con fines propios de las industrias farmacéutica, la jabonería o la perfumería; sin embargo, el Doctor en Ciencias Agropecuarias Ciro Sánchez Esmori, director de la Estación de Investigaciones de Café y el Cacao, en Rincón Naranjo, despejó dudas.

No sólo el vetiver en tópicos tiene reconocidas propiedades dematológicas y antifúngicas; además de la decocción de las raíces, según los ancestros, se extrae un aceite esencial para fricciones contra  el reuma y las neuralgias. En la serranía se cultiva con el propósito de conservar y mejorar los suelos, y aprovechar su excelente aptitud en la fijación de tierras sueltas y como valla contra incendios.
 
Incluso, el follaje verde o seco sirve en el techado de viviendas rústicas; sin embargo, argumentó el especialista que, por los menos, en 60 países la emplean en la estabilización del suelo, en la rehabilitación de tierras y en la mitigación de la contaminación, ya que eleva el contenido de humedad y los rendimientos de los cultivos.

Los cercos vivos con  vetiver, establecidos en una región, reducen en un 70% la pérdida del suelo, al tiempo que al crecer erguidos causan poca perturbación  a cultivos adyacentes. Nadie duda que  degradación de la tierra constituye un problema, de ahí que en la montaña se establezcan barreras vivas,  en combinación con cobertura vegetal de pasto bermuda, para reducir el arrastre de sedimentos aguas abajo.

En esos territorio, y hasta en el llano, la erosión hídrica e eólica, representa un proceso diseminado y dañino en la estructura del suelo, y las barreras con vetiver son una alternativa agroecológica en la retención de sedimentos y contra el deterioro del medio ambiente, expuso Sánchez Esmori, quien califica cinco factores que afectan el suelo: la cantidad y distribución de las precipitaciones, la temperatura, la topografía, así como la cubierta vegetal y las características físico-químicas del terreno.

En la mitigación de la erosión se insiste en las coberturas o  barreras verdes o muertas, colocadas en siembras de curvas de nivel y terrazas individuales, con las que se contrarrestan  las pendientes de deslizamientos de suelos. Eso reconstruye ambientes naturales, restaura el paisaje, y acelera la  recuperación del ecosistema original de la serranía; de ahí, otro milagro del vetiver.recuperación del ecosistema original de la serranía; de ahí, otro milagro del vetiver.

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